miércoles, 20 de abril de 2016

Holanda reutilizable


Crédito: Alirio Güiza

“Los Países Bajos son mucho más que el color naranja, que los clásicos molinos de viento, que los coloridos tulipanes, que el queso amarillo y la sabrosa leche”, recordó el embajador Robert Van Embden.
Giancarlo Mazzanti y Jacob Van Rijs son los dos arquitectos que trabajaron en la construcción del pabellón del país invitado en la Feria del Libro 2016, Holanda. Manejaron el concepto de temporalidad, funcionalidad del espacio y sistemas adaptativos. El diseño del lugar fue pensado con el propósito de que se lograra transportar la idea un pueblo tradicional holandés a Colombia. Lo que nació de allí fue una mezcla entre la arquitectura holandesa y la colombiana, que combina los colores del país, las pequeñas casas propias de los Países Bajos y un diseño modular utilizado con el propósito de que, terminadas las dos semanas de la feria, pueda ser transportado y dividido en distintos lugares estratégicos de Bogotá. Según el arquitecto colombiano “La arquitectura desaparece de quien la piensa y se convierte en un elemento que se le da a la comunidad”.
Desde que se ingresa a Corferias es fácil ver a lo lejos una enorme figura anaranjada en forma de una casa que dice “Hola Holanda, es literatura”: se trata del pabellón del Reino de los Países Bajos. Al continuar el recorrido por el lugar, se encuentra un pasillo que tiene plasmadas figuras cúbicas, fieles al estilo modular planteado por Mazzanti y Van Rijs. El pabellón está fraccionado en espacios divididos por colores,  inspirados en la diversidad y el colorido de Colombia. Las secciones están construidas con más de mil cajas de madera, cada una con vivos colores dependiendo de la sección en la que se encuentran ubicadas.
Todo ha sido construido con material reutilizable. Cada pieza está diseñada con el propósito de dejar la menor cantidad de espacio posible, aprovechando al máximo cada metro y pensando en la sostenibilidad. “En vez de destruir un pabellón que ha costado dinero luego de poco tiempo, quisimos que éste fuese reutilizado, dándole larga vida y valor agregado para la ciudad”, afirma el socio fundador de MVRDV, Jacob Van Rijs.

En definitiva, la apuesta arquitectónica del Pabellón busca incentivar a los visitantes a vivir Holanda a partir de conceptos como la funcionalidad, la economía y la adaptabilidad. Como afirma el embajador holandés Robert van Embden “mi deseo es que cada colombiano que visite nuestro pabellón haga un viaje a los Países Bajos y que lo guarde para siempre en su memoria”.

Por Estefanía Guzmán Andrade
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